La trascendencia de lo cotidiano - Crítica

Obra sobre cuentos de Hebe Uhart, con adaptación, dramaturgia y dirección de Laura Yusem


 Los cuentos de Hebe Uhart que la dramaturgia de Laura Yusem transformó en la obra Querida mamá o guiando la hiedra, iluminan y le dan categoría de trascendentales a esos hechos pequeños y cotidianos que día a día van conformando ese mosaico que se llama vida. Porque al fin y al cabo son esos hechos los que empiezan a surgir cuando el dolor de una ausencia sacude el recuerdo, o cuando se trata de aferrar una cordura que se nos escapa de las manos.
Como demuestra esta pieza, a fuerza de belleza, lo épico del vivir no se centra en hechos capitales, sino en el intenso transcurrir de los pequeños episodios diarios.
Y es por eso que el hecho escénico esta constituido por palabras y objetos del diario vivir.
Claro que estos materiales en manos de Laura Yusem se vuelven disparadores de poesía, porque esas palabras y objetos, con simples alteraciones de sus usos crean un universo en que lo inhabitual no hace más que darle su sentido trascendental a lo cotidiano. Así fumar, tomar vino, escuchar la radio, acomodar ropa y tantas cosas de todos los días, cobran la importancia que en el rápido transcurrir de la vida le ninguneamos. Aun cuando parece que todo esta en su lugar, elementos simples como un mantón, flores, agua y simplísimas palabras imponen su hondura y lirismo.
Julieta Alfonso y Martha Rodríguez entregan trabajos de una fina sensibilidad. El cuerpo y la voz de ambas actrices se amalgaman de tal manera que todos los movimientos gestos o inflexiones tienen su razón. Lo real e irreal, la triste cordura o el alegre desvarío, encuentran en Alfonso y Rodríguez genuinos canales de expresión.
El estupendo espacio escénico diseñado por Yusem quiebra la cotidianeidad con solo modificar disposiciones y usos del mobiliario sumario de una casa. A modo de ejemplo se puede observar como la disposición y el uso de esos muebles en la escena inicial permite una ruptura de lo habitual.
Este extrañamiento no seria posible sin dos elementos vitales de la obra: el pictórico -por la variedad de paletas lumínicas que utiliza- diseño de luces de Marco Pastorino, y la inquietante música de Cecilia Candia.
Querida mamá o guiando la hiedra demuestra que mediante la simpleza se puede emocionar, alcanzar momentos de gran belleza plástica y provocar reflexión, claro que para eso, se necesita del sensible talento de Laura Yusem.

Gabriel Peralta